14 nov 2011 Misteris del pòdium
Jordi Pujol arrojó, hace unos días, un poco de distancia y de calma sobre un asunto que ocupa y preocupa a los actuales dirigentes de CiU: que el nacionalismo mayoritario sea superado por el PP de Catalunya en unas elecciones españolas, un hecho que nunca ha tenido lugar. El ex president ha venido a decir que este tipo de comicios siempre son los más complicados para un partido que no es de ámbito estatal. Hasta ahora, cuando los catalanes votan para el Gobierno central, siempre han dado el primer lugar a los socialistas (¡al margen de cómo hayan gobernado!) y el segundo a los nacionalistas, pero las encuestas señalan que, el domingo próximo, los populares podrían desplazar a CiU, lo cual sería una inyección de moral y de autoridad para la tropa de Sánchez-Camacho y los hermanos Fernández Díaz, dispuestos a apretar las tuercas a los convergentes en el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y el Parlament.
¿Tiene razón Pujol cuando dice que no hay que dramatizar si CiU pasa al tercer lugar del podio después de haber sido primera fuerza en las últimas elecciones catalanas y municipales? Sí. Catalunya es un país tan extraño que la mano derecha vota sin que sepa lo que vota la mano izquierda. ¿Acaso no conocen ustedes a gente que votaba a Maragall, Pujol y González? Otra cosa es saber si esta actitud beneficia a una sociedad que genera más riqueza de la que le retorna el Estado. Por eso, los grandes momentos del catalanismo –como la manifestación del 10 de julio del 2010– no son tomados seriamente por Madrid. Eso, en mi pueblo, es ser uno que ni siente ni padece.