15 ago 2012 Existeix l’oncle Baixamar?
Cada año, por estas fechas, varias personas que leen esta columna me preguntan lo mismo: «¿Existe de veras el tío Baixamar?». Una cuestión fácil y difícil a la vez, lo confieso. ¿Ustedes qué piensan? Por el mismo precio, pueden hacerse otra pregunta: ¿existe Francesc-Marc Álvaro? El maestro Umbral decía que el columnista es «un hombre que se lleva flores a sí mismo todos los días, pues sabe que primero -en seguida- morirá su columna, y luego morirá él, si antes no muere su memoria». En el caso de la admirada Empar Moliner, se trata de llevarse flores y también alguna copa, no vayamos a despistarnos. Y otro maestro, el gran Josep M. Espinàs, ha definido así el reto de este oficio: «Trobar alguna idea modesta però clara».
-Me parece -me corta Baixamar- que te sales por la tangente. O quizás la verbena te ha dejado tocado. ¿Ayer te perdiste, verdad? Te han preguntado si existo, no que expliques cómo funciona tu negocio, ¡carajo!
-Hombre, vamos por partes. Piensa que hoy es fiesta, deja que plantee las cosas con un poco de calma…
-Veo que no te entran las marchas, das pena, chico. Pero la cuestión es muy simple y no necesita tantas filosofías: ¿Existo o no? Es cortesía mínima satisfacer la curiosidad del público.
-¡Hoy quieres agotar mi paciencia! ¿Acaso hablo solo? ¿Acaso estoy ahora tomando una cerveza con un fantasma? ¿Acaso no me dijiste el otro día que quieres invitar al amigo Puigverd a probar un arròs a la bruta, el mismo -por cierto- que tanto le gustó a Pepe Antich el año pasado? Me estás mareando y yo no estoy para…
-¡Calla! -Baixamar me corta de golpe y saca un libro del desaparecido Miquel Pairolí, Octubre, y se pone a leer, mientras ladran dos perros que un vecino desalmado ha dejado encerrados en el balcón: «Agost és declivi. Agostar-se vol dir perdre la ufana dels camps, el bestiar, les persones. Ara, relacionar agost amb declivi sembla una rèmora de la vida antiga i fins i tot una impertinència. En el calendari del consumidor, que és el vigent, agost és el pic de l’estiu, el mes de les vacances, de l’oci, dels viatges organitzats, de tota aquesta beneiteria comercial i publicitària del sol i la platja, de la cervesa amb suc de llimona i del vi amb taronjada, de la puerilitat dels parcs aquàtics. No els volem espatllar la festa, però agost és pesadesa, xafogor, extenuació de l’estiu, fruita madura a punt de corrompre’s, renúncia. Que consti».
Silencio. Baixamar bebe y enciende una señorita. Luce barba de tres días y viste la pereza con ademán de tanguista. Los perros siguen añorando al amo malnacido que los ha olvidado.
-Y si fuera cierto que tú, yo y los demás sólo somos el sueño de un lector ocioso-. Ahora Baixamar mira hacia el cielo.
-Eso, tío, sólo lo saben, tal vez, al otro lado. Tal vez.