30 ago 2012 Qui et rescata et farà plorar
No es ahora el mejor momento para recordar aquella conocida frase que se atribuye a Francesc Pujols y según la cual llegará el día en que los catalanes, al ir por el mundo, lo tendremos todo pagado. Una vez el Govern ha hecho oficial la demanda de 5.023 millones del Fondo de Liquidez Autonómico, el rescate de Catalunya es ya un hecho. El tío Baixamar es un saco de perplejidades porque, de acuerdo con el editorial de La Vanguardia de ayer, considera una paradoja que el territorio que más contribuye a la caja común española deba pedir recursos para evitar el colapso y hacer frente a los vencimientos de deuda más inmediatos. Conclusión provisional: ¿somos los catalanes tan tontos que nos hemos convertido en un peligro para nosotros mismos?
–Sí, seguro– responde Baixamar, esta vez sin encender ningún cigarrillo y sin tomar nada; su asombro es tan intenso que prefiere pasarlo en seco, no quiere que nada le distraiga.
–Amigo, eso que dices es muy duro. Hay muy buena gente que no acepta ser tenida por tonta y que tampoco quiere esta situación, que nos convierte en pedigüeños después de ser víctimas de un hurto diario…
–¡La cosa todavía tiene más cachondeo! El mismo que realiza el hurto es quien, después, te presta unos céntimos porque tampoco le conviene que te mueras. Pero eso no importa, porque la prensa extranjera explica otra historia, más sencilla: Catalunya va muy mal dentro de una España que también va muy mal.
–Y ni palabra del déficit fiscal. El mundo no quiere saber nada de eso.
–¡Ay, alma de cántaro! ¿Piensas que Bruselas, Berlín, París, Washington y Pekín están pendientes del pacto fiscal que reclama Mas? Como dicen los pedantes: el relato que triunfa es la catástrofe del sur de Europa y punto.
–Pero Catalunya es el motor de España, eso siempre se ha dicho.
–¿Y qué? El símil de la locomotora ya no es sexy. La moda son los vampiros, la atracción del colmillo. El vampiro, que es un muerto viviente, quiere mantener a sus víctimas preferidas entre la vida y la muerte, para chupar.
–Ahora me he perdido, tío. ¿Quieres decir que los hombres de negro que nos enviará Rajoy son vampiros?
–No, pobres. Los de negro son como la Guardia Civil de antes, una estampa entrañable del folklore local. Y la prueba más chula de que el Estado español es, todavía, el único Estado.
–¿Y qué pasa con la autonomía catalana después de la intervención?
–¡Nada! ¿Qué quieres que pase? La autonomía dejó de existir cuando el TC puso sus delicadas manos en el Estatut que los catalanes habíamos votado en referéndum oficial.
–Te veo pesimista, Baixamar.
–No. Ahora todo está mucho más claro. Si Catalunya fuera un alimento, hoy sería comestible en mal Estado.