13 sep 2013 Falangistes contra nazis
Después de meses y meses hablando de nazis, finalmente los nazis han comparecido de manera espectacular y lo han hecho en la librería y centro cultural Blanquerna de Madrid, la sede de la delegación de la Generalitat. Bien, lo que acabo de escribir no es exacto, por dos motivos. Primero: los que reventaron el acto de celebración de la Diada en la capital española no se consideran a sí mismos nazis sino falangistas, que es su tradición, la que les recuerda el partido único durante el franquismo; los demócratas también les llamamos ultras y fascistas, esto es, totalitarios de extrema derecha, que es lo que son, al margen de la etiqueta que usen. Dos: estos grupos hace mucho tiempo que realizan atentados de este tipo en medio del silencio y la tolerancia de las autoridades, muy a menudo en Valencia, como recordaba ayer en RAC1 el amigo Vicent Sanchis; eso explicaría que la mayoría de los atacantes no se taparan la cara, tienen sensación de impunidad, lo cual es muy preocupante y reclama explicaciones claras y serias (no las habituales evasivas) por parte del Ministerio del Interior.
Gracias a las imágenes, hemos visto qué es y cómo es el fascismo, por si alguien lo había olvidado a pesar de los cuarenta años de dictadura. Las cosas no pasan por casualidad. Tan o más peligrosos que los elementos que perpetran estos ataques son los que, cada día desde diarios, webs, radios y televisiones, convierten a los soberanistas y a todos los catalanes por extensión en la peste que hay que combatir. Los periodistas y políticos que llevan meses diciendo que los soberanistas son nazis y comparando a Mas y a Junqueras con Hitler tienen una responsabilidad evidente en la aparición de estas violencias. Lo admitan o no, ellos alimentan un clima de odio y de mentira en el cual los bárbaros se sienten llamados a actuar.
Pero todo esto suena a chino entre determinados sectores de Madrid, para los cuales los soberanistas y los catalanes en general nos hemos buscado que alguien nos rompa la cara. El círculo de la podredumbre argumental y el cinismo se cierra cuando los mismos que nos acusan de ser nazis por querer un referéndum sugieren que los nazis de verdad (que ellos califican sólo de «radicales») nos atacan porque hemos estado provocando, y no puede despertarse a la bestia. Es un razonamiento equivalente al de los que justifican una violación porque la mujer vestía una falda corta.
Mientras nos movemos en este pantano, vale la pena recordar que partidos como Falange, Democracia Nacional y Alianza Nacional (cuyas banderas se exhibieron en el ataque vandálico del miércoles) son perfectamente legales y se presentan a las elecciones. ¿Por qué no se aplica a estos grupos la ley de partidos que se redactó en su día expresamente para prohibir a la llamada izquierda abertzale?