ajax-loader-2
Francesc-Marc Álvaro | Consensos i sospites
3392
post-template-default,single,single-post,postid-3392,single-format-standard,mikado-core-2.0.4,mikado1,ajax_fade,page_not_loaded,,mkd-theme-ver-2.1,vertical_menu_enabled, vertical_menu_width_290,smooth_scroll,side_menu_slide_from_right,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive

05 jun 2015 Consensos i sospites

Regresan debates que parecían superados y reconozco que me desconcierta. ¿Vacunas sí o no? Sin cuestionar las cosas y sin pensamiento crítico una sociedad no progresa pero también sin unos consensos básicos y sólidos una sociedad no puede abordar con éxito sus problemas. A raíz del caso del niño de Olot enfermo de difteria, se constata que hay sectores que se han instalado al margen de consensos que dábamos por descontados y eso puede tener consecuencias para todos. El doctor Antoni Trilla ha escrito aquí que los niveles de vacunación entre la población española son superiores al 90%, lo cual significa que la oposición a las vacunas es una opción que no acaba de estar de moda o ser trendy. Con todo, han saltado algunas alarmas y hemos notado que los contrarios a la vacunación exhiben una convicción -a prueba de todas las preguntas- que ya querrían otras causas. Recuerdan a los creyentes fundacionales de una fe remota.

Para llevar la reflexión un poco más allá de lo que ya se ha dicho, me pregunto cuál es la causa última de que unas determinadas familias hagan bandera de no vacunar a sus hijos. No quiero caricaturizar, busco un elemento que me permita insertar esta actitud en el cuadro general de nuestra época, un elemento que permita entender –tal vez- lo que algunos teóricos denominarían “un estilo de vida”. Mi respuesta –provisional- no es política, como parecería, es narrativa: la sospecha.

Vivimos seducidos por el principio de la sospecha, no en sentido filosófico, sino en sentido operativo, casero, práctico. Sospechamos de todo y, sobre todo, de los conductos y mensajes institucionales. Si la medicina oficial –combinada con los poderes del Estado- recomienda la vacunación sistemática de los niños, surge automáticamente una vanguardia de buena gente que se opone a ello. Para hacerlo pueden convocar médicos alternativos y difundir discursos que se pretenden portadores “de una información sin intereses”. En el subtexto, la eterna conspiración global. Sospecha non stop. ¿Pensamiento mágico que quiere pasar por pensamiento crítico? ¿Por qué la libertad de no vacunar debe ser superior a la libertad de no llevar casco cuando vas en moto? Que las empresas farmacéuticas obtengan un beneficio de lo que inventan y fabrican –como las empresas de alimentación, las de comunicación o las de lo que sea- sólo demuestra que las vacunas son mercancías, no que no sean necesarias.

¿Vacunas sí o no? Un debate de sociedad rica. Lo que reclaman las sociedades en desarrollo es tener un acceso fácil, generalizado y asequible a las vacunas. Sigo desconcertado: los tontos manipulados por el sistema vacunamos a nuestros hijos mientras los que anhelan otro mundo posible pueden sentirse héroes luchando contra Mordor. Nuestra responsabilidad es la red de seguridad de su revuelta.

Etiquetas: