19 sep 2016 El partit de Puigdemont
Resulta paradójico –por no decir otra palabra– que la principal figura institucional en activo de los convergentes sea un dirigente que exhibe fecha de caducidad. Puigdemont no tiene intención –a fecha de hoy– de ser candidato del PDC (con este u otro nombre) a las futuras elecciones, constituyentes o no. A pesar de este convencimiento, es conocido que, en cambio, el actual president se sentiría más cómodo –llegado el momento– como candidato de una reedición de Junts pel Sí, una operación improbable; por otra parte, en el supuesto de que los republicanos cambiaran de criterio y aceptaran mantener la coalición del 27-S, todo hace pensar que querrían que el cabeza de lista fuera Junqueras, vistos los resultados de las dos últimas generales, con ERC por delante del PDC.
La manera repentina y particular que llevó a Puigdemont a la presidencia a raíz de la renuncia de Mas explica esta situación. También la idea –a mi parecer errónea– que con dieciocho meses se podría conducir el país a las puertas de la independencia. Puigdemont es prisionero del concepto de una independencia-exprés que, a su vez, es hijo de un frame antipolítico, ineficaz y pueril: “tenim pressa”. Eso lo piensan muchos, también dentro del Govern, pero no osan decirlo en público para no ser tildados de “procesistas”, desafortunado neologismo que es, a la vez, expresión de ceguera estratégica y cláusula de exclusión destinada a presentar al discrepante como hostil o sospechoso de no se sabe qué. Sin embargo, cuando el Govern debe concretar la manera de concluir la legislatura, las respuestas no son ni claras ni unívocas. Lo único seguro es que habrá elecciones en Catalunya el año próximo. Y que los comunes son los que aprovechan mejor el tiempo para intentar alcanzar un nuevo espacio de poder.
¿Hasta qué punto van juntos el president y la joven dirección del PDC? Pascal, en una entrevista en La Vanguardia, ha dicho que espera que Puigdemont sea el candidato del PDC y que “cuando toque, ya lo hablaremos”. Lo espera, no lo sabe. ¿Si los convergentes no llevan a Puigdemont de cabeza de lista, qué cara pondrán? Digámoslo de otra manera: si la nueva Convergència no es el partido de Puigdemont, su horizonte es todavía más complicado de lo que parece. Pero un hipotético partido de Puigdemont es una incógnita. Mas consiguió -en el último minuto- que Junts pel Sí fuera una realidad y eso enterró el Partit del President. ¿Está en disposición Puigdemont de liderar el Partit del President dentro de unos meses? ¿Estarían de acuerdo en propiciarlo los jóvenes barones que pilotan el PDC? ¿Se ve Puigdemont reconstruyendo el centro soberanista desde la oposición? ¿Cuando toque admitir solemnemente que la independencia necesita más tiempo y más votos, quién será el líder más creíble para las clases medias? ¿Hay alguien con la cabeza clara entre la niebla y Colau?