14 jul 2014 El Partit del Tedi
Ha pasado lo previsto. Todo bajo control: en el PSC gana el único candidato que se presentaba a las primarias y en el PSOE lo hace el que tenía menos gente en contra y el que se adapta mejor a las reglas de la mercadotecnia política. Miquel Iceta pasa de guionista en jefe a primer actor del socialismo catalán el mismo día que el socialismo español confía en Pedro Sánchez para conseguir algo parecido a lo que provocaba el González seductor y fresco de antaño.
Tal como sugerimos aquí el 2 de junio, antes de la dimisión de Navarro, el nuevo primer secretario del PSC representa «la autoridad y la visión necesarias para ordenar la casa en medio de la niebla, desde el conocimiento perfecto y detallado de toda la organización» y añadíamos que «tiene todas las virtudes del veterano sin haberse quemado en la primera fila», pero Iceta también sufre graves debilidades. La primera es su responsabilidad directa en la crisis de los socialistas, como inspirador intelectual de las decisiones que han conducido a la reducción y fragmentación del espacio socialista. La segunda es el hecho insalvable de que él encarna como pocos las servidumbres y los peajes de la vieja política, justamente la que parece que es impugnada con más fuerza por antiguos votantes de izquierdas que se abstienen o eligen otras opciones.
Sánchez no dice nada que no hubiera dicho antes Rubalcaba, pero gusta mucho más a la vecina del 2.º 1.ª, un detalle no menor en cualquier democracia televisada. ¿Servirá su rostro de yerno codiciado para repescar votos que se sienten fascinados por Podemos, UPyD u otras ofertas? Ya veremos. De momento, ha dejado claro, hablando de Catalunya y la consulta, que no renuncia a penetrar en los sectores de votantes más urbanos y más dinámicos del PP, los que ven exagerada la ley Gallardón sobre el aborto pero nunca tolerarían que los catalanes votaran salir de España. De la misma manera que -lo apunto a beneficio de inventario- la mayoría de los españoles (de izquierdas y de derechas) nunca aceptarán un trato fiscal para Catalunya similar al de Euskadi y Navarra. Ni eso ni el blindaje constitucional de competencias culturales ni el reconocimiento del carácter nacional de nuestro país.
Iceta, rostro antiguo para política antigua. Sánchez, rostro nuevo para política de siempre. Eso es el Partido del Tedio. Una herramienta que repintan sin quitarle el óxido. Dicen algunos que hace falta un Podemos de derechas, pero, en realidad, quieren decir que anhelan un nuevo partido moderado, centrista, vagamente socioliberal y regeneracionista (no basado en el resentimiento y el ultranacionalismo, como UPyD) que consiguiera atraer a antiguos votantes del PP y del PSOE, una especie de reedición posmoderna de aquel PRD de Roca, pero esta vez sin origen ni padrinazgo catalán, un detalle importante que subrayo para que tome nota más de uno.