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Francesc-Marc Álvaro | Cela o el petit Rodrigo
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20 abr 2015 Cela o el petit Rodrigo

Guardo la escena en la memoria como un sueño, pero puedo asegurar que lo que ahora explicaré sucedió y que yo lo contemplé con ojos jovencísimos. A mediados de los 80, con motivo de un acto celebrado en el local ochocentista del Foment Vilanoví, Ramón Rato, padre del político ahora caído en desgracia y vinculado a Vilanova i la Geltrú por varios negocios y la propiedad de la finca El Padruell, charlaba animadamente con un grupo de gente, entre los cuales algunos directivos de su cadena radiofónica. El patriarca hablaba sin manías, sobre todo de política, y los otros escuchábamos, bastante sorprendidos de la familiaridad que gastaba al dueño de Rueda Rato con gente que no conocía. De todo lo que dijo con tono contundente el personaje de Madrid, me quedó una frase que nunca he olvidado y que estos días se me repite en la cabeza: “La derecha española está muy mal, se necesita a alguien que pueda ponerse al frente, pero yo no veo a nadie. Debe ser un Camilo José Cela, por ejemplo, pero en político”. A pesar de mi ignorancia, aquella referencia de Rato al escritor gallego me pareció pintoresca, errónea y algo friki.

Lo que acabo de explicar debió coincidir con el momento de la peor crisis dentro de AP, el antecedente del PP, cuando Manuel Fraga dimitió como presidente del partido o, poco después, cuando ya habían escogido a Antonio Hernández Mancha para conducir la organización. En aquellos tiempos, Rodrigo Rato era diputado popular en el Congreso, elegido por Cádiz, un cunero típico, gracias a los excelentes contactos de su padre. ¿Pensaba o intuía el patriarca entonces que su hijo pequeño se quedaría a las puertas de liderar la derecha española porque Aznar prefirió a alguien como Rajoy?

Lo que seguro que Ramón Rato no podía sospechar es que un tipo tan listo y tan seguro de sí mismo como su hijo puesto en política acabaría convertido en icono roto -¿chivo expiatorio?- de un poder carcomido, de una época de impunidad y de un sistema averiado. ¿No aprendió nada Rodrigo de los problemas de su padre, su hermano mayor y su tío con la Justicia? Quizás sólo se quedó con que, finalmente, no tuvieron que ingresar en prisión.

Según el PP y el Gobierno, los líos del exvicepresidente son una cuestión privada. Este fue también el error de Mas cuando se refirió al caso Pujol al saberse la noticia de la herencia oculta. Nada es personal cuando se ha tenido poder durante mucho tiempo, y eso vale para cualquier figura. Y de la misma manera que es obvio que el caso Pujol tiene impacto sobre CiU es innegable que el caso Rato impacta sobre un PP tocado por otros asuntos. ¿Qué dirán ahora los que mantienen que los dramas de los Pujol con Hacienda desacreditan y manchan a todo el soberanismo? ¿Dirán también que los presuntos delitos de Rato desacreditan y manchan a toda la gente y todos los entornos de centro-derecha en España?