27 abr 2015 Una data intocable
Pocos días antes del acto multitudinario del soberanismo en el Palau Sant Jordi la noche del viernes, el president Mas aprovechó una larga entrevista en El Punt Avui TV para reprochar a ERC que haya hecho perder algunas votaciones a CiU, como si el pacto de estabilidad parlamentaria fuera papel mojado, y dio a entender que las catalanas previstas para el 27-S podrían celebrarse más tarde. Mas estaba y está muy enfadado con las intermitencias de los republicanos a la hora de apoyar al Govern en el día a día, y la posición de los de Junqueras sobre el consorcio sanitario de Lleida colmó el vaso de la paciencia presidencial; por cierto, sorprende la distancia abismal entre lo que piensa la dirección de ERC sobre las políticas de salud –a remolque de ICV- y lo que dicen en privado algunas figuras médicas del mundo republicano, buenas conocedoras del sector. Junqueras replicó que ERC votaría siempre en función de sus criterios, mientras la nueva polémica hacía las delicias de Iceta, Herrera, Sánchez-Camacho y Rivera.
Las palabras de Mas irritaron a los republicanos, crearon desconcierto en la ANC y Òmnium, descolocaron a muchos convergentes de base y provocaron nuevas turbulencias en el proceso, una realidad que disfruta de una mala salud de hierro, como demostraron las más de 16.000 personas que llenaron el Palau Sant Jordi para apoyar a los candidatos municipales de los partidos favorables a la independencia. Cualquier comparación con el acto convocado el jueves por SCC en el Teatre Principal –sólo unas 700 personas a pesar del apoyo del PSC, PP y C’s- demuestra que el unionismo sigue siendo un no proyecto a la defensiva. Un orador de SCC comparó la entrada de las tropas franquistas en Barcelona en 1939 con la manifestación soberanista prevista para la Diada de este año: gran nivel.
Mas se equivocó cuando introdujo dudas sobre la convocatoria del 27-S, a pesar de tener razón al denunciar la actitud del socio republicano. Porque la fecha de los comicios no es un asunto únicamente entre CiU y ERC sino un compromiso con toda la ciudadanía y, sobre todo, con la gente que se ha movilizado para poder votar sobre el futuro del país. Especular tácticamente con la fecha de unas plebiscitarias sólo alimenta la confusión y no es congruente con la determinación demostrada por el mismo president. Además, es clarísimo que un aplazamiento electoral pasaría factura a Mas. El patinazo del líder de CiU es equivalente al de Junqueras cuando, el mes pasado, dejó caer que dudaba de que el president sacara adelante el 27-S.
Ahora bien, a pesar de las desconfianzas, hay dirigentes de ERC que no descartan que, llegado el momento, pueda hacerse una lista unitaria soberanista para las elecciones generales españolas. Se ve que entonces ya no valdrá el gran argumento según el cual “por separado, el soberanismo llega a más gente”.