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Francesc-Marc Álvaro | Un error immens
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12 jun 2015 Un error immens

Los Mossos d’Esquadra han llevado a cabo una operación importante contra una facción de la banda latin kings y han detenido a su máximo responsable, Cesar Andrade, conocido como King Manaba. Este grupo criminal pretendió parecer otra cosa y, a partir de 2006, se presentó como asociación cultural juvenil, inscrita en el registro de la Generalitat como Organización Cultural Reyes y Reinas Latinos de Catalunya. Obviamente, cambiar de nombre no basta y la banda siguió haciendo de las suyas. El conseller de Interior, Ramon Espadaler, en declaraciones a Catalunya Ràdio, ha dicho que fue “un error inmenso” equiparar las bandas latinas a asociaciones culturales. El responsable político máximo de la policía ha añadido que aquella catalogación se hizo “de buena fe”, disculpando –parece- a los que tomaron aquellas decisiones durante la administración del tripartito. Como recordaba Enrique Figueredo en su crónica, durante aquellos años estaba mal visto por las autoridades autonómicas hablar de bandas latinas y relacionarlas con hechos delictivos. “No estigmaticen a estos jóvenes”, se nos advertía.

Las palabras. La realidad. Los hechos son tozudos. Esconder la verdadera naturaleza de las bandas latinas fue una opción política, legitimada de manera técnica por alguien. Los técnicos a menudo tienen que adaptarse al dictado político. Quizás más de un policía se llevó entonces las manos a la cabeza y quizás más de un juez también. Aquella pintoresca opción no dio el resultado que se esperaba. Las bandas latinas no se transformaron en asociaciones de scouts. Quizás había estudios –de algún experto en violencia juvenil, de algún antropólogo, de algún sociólogo- que abonaban aquel error inmenso, para decirlo como el conseller Espadaler. Los técnicos van tirando, los políticos pasan. Quién sabe dónde está hoy el responsable máximo de aquella política fracasada, no ha salido a pedir públicas disculpas. Se dice que las elecciones ya pusieron, en su momento, las cosas en su sitio. No estoy de acuerdo.

Me gustaría que el político que, hace unos años, tuvo la brillante idea de dar gato por liebre tuviera el coraje hoy de asumir que se equivocó. De acuerdo: lo hizo “de buena fe”, pero resultó nefasto. La responsabilidad política va más allá de las urnas, sobre todo cuando el impacto de las decisiones perdura y hace los problemas mayores. Seamos justos: hablamos de una responsabilidad que salpica a todo el mundo un poco, porque la engañifa fue monumental. King Manaba llegó a comparecer en el Parlament el 10 de junio de 2008 para explicar que su misión en la vida era sacar a los jóvenes de la calle y alejarlos de la violencia. Ahora que todo el mundo quiere una nueva política permítanme que yo pida que los políticos no maquillen la dura realidad cuando dicen que quieren mejorarla.

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