31 jul 2015 El llibre de l’agost
Si sólo pueden leer un libro este agosto, lean La resistencia íntima: ensayo de una filosofía de la proximidad, escrito por Josep Maria Esquirol y editado por Acantilado. Iba a decir que no es una obra para leer en la playa, junto a la piscina o mientras esperamos para comer una paella con los suegros, pero sería incorrecto. Más bien es un libro que debería leerse, sobre todo, en estas circunstancias. No les engañaré: estas páginas reclaman una atención distinta –más activa- de la que nos piden muchas novelas históricas o policiacas, que nos permiten evadirnos durante un rato. Esquirol no pretende que huyamos a ninguna fantasía, quiere que volvamos. Volver a nosotros mismos, a nuestra casa, a lo que hay de valioso en todo lo ordinario y cotidiano.
Cuidado: esto no es un libro de autoayuda ni lo pretende. De hecho, entre otras cosas, es un alegato contra los libros que prometen soluciones de todo a cien en quince días. El autor trata al lector como un adulto y le hace una propuesta aparentemente sencilla: cuida de ti mismo, de tu cuerpo y de tu alma, y cuida de los que te rodean. Y busca el sentido a partir de lo que conforma tu espacio íntimo. Pero sin recetas secretas ni mistificaciones, sin charlatanería ni trucos de barraca de feria. “Nuestro existir –escribe Esquirol- es un permanecer en la proximidad, cuidando más que dominando. Acompañar y cuidar son expresión de la proximidad, que es el rasgo más distintivo de la cotidianidad”. Lean y relean, tomen un trago de cerveza, exploren el silencio. Son apenas doscientas páginas que hacen la función de purgante, de tonificante y de bálsamo. Escritura ingrávida y grávida a la vez, sobre el poyo gastado del desconcierto contemporáneo.
Me parece –es mi lectura- que este ensayo nos propone alcanzar la libertad de una manera que ahora no está de moda. Un poco libres porque habremos sabido evitar la trampa del exceso y la dispersión. Resistir sin grandes gesticulaciones, resistir sin ruido. “Toda resistencia vive de la esperanza”, apunta al autor. Y añade: “La resistencia humana no conoce la victoria, pero tampoco exactamente la derrota definitiva”. ¿Y quién es resistente en estos tiempos? “El resistente se resiste al contentamiento masivo. El resistente se resiste al dominio y a la victoria del egoísmo, a la indiferencia, al imperio de la actualidad y a la ceguera del destino, a la retórica sin palabra, al absurdo, al mal y a la injusticia”. Un programa decente para una vida buena.
Coincidí con Josep Maria Esquirol, hace unas semanas, en una boda de unos amigos comunes. Nos conocemos desde hace años y charlamos un rato. Él observaba el trasiego de invitados con un relajamiento especial, como si fuera de otro tiempo, de otro lugar. Ahora entiendo su ademán. Lean su libro y que el agosto les sea leve.