ajax-loader-2
Francesc-Marc Álvaro | La fotocòpia catalana
3982
post-template-default,single,single-post,postid-3982,single-format-standard,mikado-core-2.0.4,mikado1,ajax_fade,page_not_loaded,,mkd-theme-ver-2.1,vertical_menu_enabled, vertical_menu_width_290,smooth_scroll,side_menu_slide_from_right,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive

27 jun 2016 La fotocòpia catalana

Excepto en el escaño que los socialistas pierden en beneficio de los populares, los resultados del 26-J en Catalunya son idénticos a los de los comicios de diciembre, una verdadera fotocopia. Mientras en el conjunto del Estado el PP se refuerza y el PSOE evita el sorpasso de Podemos, entre el electorado catalán los comunes confirman –sin aumentarla– la primera posición alcanzada el 20-D, por delante de ERC y CDC, que obtienen el mismo apoyo que hace medio año. El escándalo protagonizado por Fernández Díaz no pasa factura a los populares catalanes, que crecen en un diputado. La candidata Batet salva los trastos pero pierde a un diputado con respecto a los que alcanzó Chacón.

ERC ha confirmado su ciclo ascendente, ha crecido en porcentaje y ha vuelto a quedar por delante de CDC, pero no ha conseguido pescar entre los comunes y no parece que haya recibido bastante voto cupero para ensancharse, un apoyo que pidió de manera explícita. CDC, a pesar de no repetir la coalición con Demòcrates, a pesar del cambio de nombre con respecto a las elecciones anteriores y a pesar de encontrarse en plena refundación, ha conseguido conservar los ocho diputados y pasar por delante del PSC. El resultado óptimo de la lista de Homs –que hizo una campaña demasiado clásica para un partido que se quiere reinventar– no puede esconder los problemas de una organización que necesita abrir un debate a fondo, actualizar sus ideas y releer sus liderazgos de acuerdo con el nuevo contexto y las nuevas necesidades; no es ningún secreto que Puigdemont tuvo un papel relevante en la campaña aunque, en un primer momento, el diseño era otro. Por otro lado, tal como ocurrió el 20-D, la ausencia de una lista de Junts pel Sí ha puesto muy fácil a los comunes –gracias a la regla D’Hondt– quedar por delante del independentismo.

La aparición del cabeza de lista de En Comú Podem para valorar los resultados, hablando poco del fracaso de Iglesias y mucho de las ganas de ganar el Govern de la Generalitat y echar a Puigdemont, me recordó la intervención marciana que hizo Narcís Serra la noche de las generales del 12 de marzo de 2000, salvando todas las distancias. Mientras Almunia –desde Madrid– asumía la derrota y dimitía, el entonces candidato del PSC se expresaba con una euforia fuera de lugar, realmente exótica. Ayer, Xavier Domènech, para esconder el objetivo frustrado de vencer a Rajoy, repitió varias veces que la misión de su partido es derrotar a CDC en los futuros comicios catalanes. Fue un espectáculo memorable, pero sin el glamour –hay que decirlo– del que fuera vicepresidente de González. El estudioso de Pi i Margall, a pesar de ser hombre tranquilo, se dejó llevar por la rabia: escupitajo a los convergentes para disimular que el anunciado asalto a los cielos ha fallado. Sólo los erróneos sondeos de las televisiones públicas –prescindibles– superaron el mal momento del cabeza de lista de los comunes.

Etiquetas: