08 oct 2012 Bisbes com González
Con pocas horas de diferencia, la Conferencia Episcopal y el líder socialista Felipe González se han pronunciado a favor de la unidad, lo cual es extraordinariamente ilustrativo sobre las coincidencias sustanciales entre aquellas dos Españas que –según el poeta– habían de helarnos el corazón. ¿Y qué creían ustedes?
Los obispos demuestran ser poco inteligentes y poco católicos –universales– cuando se dedican a ejercer de vigilantes celosos de una realidad tan temporal y terrenal como el Estado, un debate en el cual la prudencia de Roma aconsejaría no poner todos los huevos en el mismo cesto, de acuerdo con el mercado espiritual (muy disputado). Mientras, González, salido del frigorífico para aliñar la campaña electoral en Euskadi y Galicia, ejerce de profeta al asegurar, en tono perdonavidas, que “no habrá ninguna independencia en ningún territorio de España”, afirmación que hay que relativizar viniendo de un dirigente que mantuvo una relación tan peculiar con la verdad, como saben todos los que se creyeron lo de la salida de España de la OTAN y otros hits. Dedicarse a los bonsáis no le relaja lo bastante.
El pasado no acaba de pasar, es evidente. Los obispos y el patriarca del PSOE lucen en las portadas, como hace treinta años. La España oficial se esfuerza –ya lo ven– para seducir a los catalanes desafectos. Con todo, el gran momento del padrino de Pérez Rubalcaba llegó cuando, ante los socialistas en Barakaldo, y haciendo alusión indirecta al presidente Mas, el resucitado Isidoro habló de “frustración peligrosa” y declaró: “Cuando a un responsable político democráticamente representativo se le ocurre decir ‘lo haremos con la ley o sin la ley’, pienso qué gran irresponsabilidad es invitar a los ciudadanos a saltarse la ley”. A los que ya somos creciditos, estas lecciones paternalistas sobre la legalidad nos hacen pensar en las acciones de los GAL y la guerra sucia contra ETA, cuando González vivía y trabajaba en la Moncloa. ¿Cómo era aquella frase inspirada en Deng Xiaoping que el presidente retirado convirtió en su lema? “Da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones”. El adagio gustaba mucho a los que, en aquellos tiempos, frecuentaban la Bodeguilla para tocar al mito. El pobre Max Weber no podía sospechar que el concepto ética de la responsabilidad acabaría enterrado en cal viva.
Policía malo y policía malo. Entre una derecha que quiere enviar la Guardia Civil al Palau de la Generalitat y una izquierda que califica lo que hoy sucede en Catalunya de virus y nacionalismo insolidario, está clarísimo que no hay mucho espacio para una tercera vía, se diga federal o sideral, señor Navarro. Desde Londres nos llegan otros aires, más frescos. El primer ministro británico ha dado a entender que es inminente un acuerdo para que Escocia pueda celebrar su referéndum en el 2014. Cameron no tiene miedo de hablar de pueblo escocés a pesar de defender, como buen conservador, la continuidad del Reino Unido. Allí, en vez de utilizar el miedo y las amenazas para frenar el independentismo, los unionistas hablan de los beneficios de continuar juntos. Son demócratas antes que británicos, saben que la palabra imposible no es un argumento político y tienen claro que ninguna persona normal se adherirá a un proyecto que se base en el menosprecio y el maltrato sistemáticos.