02 jun 2014 Iceta per Navarro
Mientras el adiós de Rubalcaba al frente del PSOE permite grandes escenas de nostalgia repentina por una política que nunca fue como se dice, la continuidad de Navarro al frente del PSC alimenta todo tipo de hipótesis y rumores. El socialismo español celebrará un congreso para encontrar un líder nuevo que parezca que retorna a la gente sin poner nerviosos a los que reparten las cartas. El catalán, en cambio, confía en la catástrofe para salir del pozo: que las dificultades para sacar adelante la consulta soberanista y la competencia entre CiU y ERC generen tal nivel de incertidumbre y desánimo que, a medio plazo, el PSC pueda recuperar terreno sobre las eventuales ruinas de una ilusión despeñada. La previsión de los sabios de la calle Nicaragua tiene un punto muy débil: ERC crece ahora gracias a un electorado que proviene, sobre todo, de ciudades y barrios de fidelidad socialista. La burbuja metropolitana se resquebraja.
La pregunta del millón: ¿Puede Navarro ser el conductor de la nave a la espera del colapso institucional del proceso? La respuesta dominante es negativa, y no únicamente entre los habituales críticos, la descoordinación y personalismo de los cuales les incapacita para plantear un asalto a la dirección del PSC. Pero el liderazgo de Navarro sólo podría ser sustituido por un liderazgo que, surgido del interior del aparato y sin etiqueta crítica, pudiera representar a la vez la autoridad y la visión necesarias para ordenar la casa en medio de la niebla, desde el conocimiento perfecto y detallado de toda la organización.
Llegados a esta definición del perfil, los rumores apuntan a un clásico: Miquel Iceta, la mente más analítica y bien amueblada de un aparato que ha perdido la magia tanto como las complicidades y los votantes. Iceta -que es mucho más que cualquiera de los cargos que ha ejercido- se ha ocupado durante siglos de cocinar la política que otros servían y ahora quizás le habría llegado la hora -dicen algunas fuentes- de asumir el protagonismo principal. Influir y fabricar estrategia desde las bambalinas ha sido su especialidad, pero eso no significa que Iceta no sea capaz de llevar las riendas del PSC asumiendo el liderazgo que ahora podría ser más eficaz. Además, Iceta es miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, un lugar desde el cual puede tener una interlocución privilegiada con muchos.
Las primarias del PSC de Barcelona demostraron que, a pesar de los discursos de una nueva generación, la vieja política marca el compás en el interior del socialismo catalán. Dentro de esta vieja política, Iceta tiene todas las virtudes del veterano sin haberse quemado en la primera fila, y se presume que tendría cintura para dar juego a caras nuevas, llegado el momento. Este camino exigiría, previamente, un acto de generosidad por parte de Navarro, tal vez el obstáculo más difícil.