ajax-loader-2
Francesc-Marc Álvaro | ¿Invisible o inexistente?
7139
post-template-default,single,single-post,postid-7139,single-format-standard,mikado-core-2.0.4,mikado1,ajax_fade,page_not_loaded,,mkd-theme-ver-2.1,vertical_menu_enabled, vertical_menu_width_290,smooth_scroll,side_menu_slide_from_right,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive

29 nov 2021 ¿Invisible o inexistente?

Si se escuchan ciertas voces, el partido más numeroso hoy en Catalunya sería el Partido de la Nostalgia. Concretemos: nostalgia de un Govern con mayorías estables, nostalgia de una Barcelona pletórica, nostalgia –incluso– de un tablero de juego en el que la dialéctica pujolismo-antipujolismo organizaba todos los debates con una inercia tremendamente previsible… Diríase que esta nostalgia es superior en algunos despachos que en la calle, aunque también puede aparecer en las charlas informales en el bar y el lugar de trabajo. Y lo hace bajo una peculiar forma de desapego al presente que va creciendo por doquier, y que mezcla indignación intensa, desánimo recalentado y un desprecio mecanizado hacia todos los que ejercen algún cargo político.
 
Partiendo del Partido de la Nostalgia, pero –se supone– sin querer volver atrás, Àngels Chacón se ha propuesto liderar la confluencia de varias de las siglas que, sin éxito hasta hoy, han tratado de levantar algo en esa zona del solar posconvergente que no ocupa el edificio de Junts, la organización construida por Puigdemont y los suyos. Veremos cómo queda, finalmente, el proyecto en el que se han implicado, además de los dirigentes del PDECat, los de Convergents, Lliga Democràtica, Lliures y el Partit Nacionalista de Catalunya. Para todos ellos es la última oportunidad de aprovechar los mimbres (o los restos de los mimbres) de algo que fue para tejer una oferta centrista (y más o menos soberanista) que cuaje y logre presencia institucional. En estos momentos, esta presencia se reduce a los cuatro diputados del PDE-Cat en el Congreso y a los alcaldes y concejales de esta formación, muchos de los cuales están siendo invitados a unirse a Junts en las municipales del 2023.
 

El pragmatismo de ERC achica el hueco a un soberanismo moderado de nuevo cuño

 
La premisa de la que parte la iniciativa que abandera Chacón es la de un supuesto déficit de representación. Hay, se dice, entre 200.000 y 350.000 votantes catalanes que podrían sentirse atraídos por esta música. Esto no se pudo demostrar en las pasadas autonómicas (con mucha abstención), pero se sigue repitiendo con alegría. Y, entonces, aparece la pregunta del millón: ¿se trata de un espacio invisible pero real o hablamos de una mera ilusión?
 
Si la primera hipótesis es la correcta, los que se han embarcado en esta nueva empresa únicamente deben romper las dinámicas que impiden que esta realidad emerja; si, en cambio, la buena es la segunda hipótesis, todos los movimientos desplegados están condenados al fracaso. Por otro lado, en la medida en que el pragmatismo de ERC se afiance desde el Govern y la presidencia de la Generalitat, se achica el hueco por donde sacaría la cabeza un soberanismo moderado de nuevo cuño, que tratase de evitar la repetición de los errores del procés . Al final, el Partido de la Nostalgia casi siempre acaba aceptando lo que hay, aunque sea como mal menor.

Etiquetas: