19 dic 2021 La ausencia del PSC
Los socialistas, partido central de Catalunya y pieza imprescindible para el mantenimiento de los consensos básicos, no quisieron ir a la manifestación del sábado en defensa de la lengua catalana y de la inmersión escolar. Adujeron la celebración de su congreso extraordinario, pero el motivo real era que no querían que los homólogos catalanes de Pedro Sánchez fueran vistos desfilando al lado de los partidos independentistas y de los comunes, ahora que la derecha ha decidido que, para llegar a la Moncloa, superará con creces a Trump en la creación y difusión de mentiras. Además, Salvador Illa, flamante primer secretario, piensa que todavía puede pescar más votos entre los antiguos electores de Arrimadas, y eso lo obliga a hacer unos papelones nefastos que avergonzarían a Marta Mata, la prestigiosa pedagoga y dirigente socialista que fue clave en el diseño y la implantación del modelo de inmersión, algo que desconoce la mayoría de hooligans que, desde la prensa de Madrid, amplifica la propaganda tóxica del líder popular y otros sobre la sociedad catalana.
El president Montilla –por ejemplo– no cayó nunca en estas gesticulaciones lamentables para atraer público radicalizado por el españolismo desbocado, algo que debe ser subrayado y recordado. En cambio, Illa no tuvo problema alguno a la hora de desfilar al lado del PP, Cs y los ultraderechistas en las manifestaciones convocadas en su día por Societat Civil Catalana y otras entidades. Muchos amigos socialistas de larga militancia tuvieron un gran disgusto al contemplar unas fotos que ponían los pelos de punta.
Illa espera pescar aún más votos de Cs y eso le obliga a hacer unos papelones nefastos
Pienso mucho estos días en Josep Mayoral, socialista y alcalde de Granollers, político sabio, tranquilo y conciliador, catalanista convencido. ¿Qué debe pensar Mayoral al ver que su partido no participa en la manifestación convocada por Òmnium Cultural con el apoyo de los principales sindicatos? Si el PSC está a favor de la inmersión –que lo está, aunque sugiere algunos cambios–, no debería esconderse. La ausencia de Illa de la manifestación hace –sin querer– el juego a Arrimadas, que califica esta protesta pacífica de “infame” y afirma que tenía como objetivo “amedrentar a las familias que se han atrevido a reivindicar sus derechos”.
Lo volveré a escribir: Jordi Cuixart, presidente de Òmnium, es especialmente lúcido cuando dice que sin el PSC no iremos a ningún lado. Solo los sectarios o los tontos pueden negarlo. Y también vuelvo a escribir que el Govern Aragonès debe pactar las grandes políticas de país con los socialistas, por principio de realidad, visión a largo plazo, patriotismo cívico y sentido común. Dicho esto, Illa ya tarda en abandonar los gestos hechos a partir de una lectura electoralista y plana de la competencia con un artefacto en disolución como es Cs. No invocaré a Josep Pallach para reforzar el argumento, invocaré a Joan Reventós. Y también el sentido del ridículo, aquel que mencionaba siempre el president Tarradellas.