02 ago 2012 Ernest, heroi de la retirada?
En las terrazas, donde la gente pasa la crisis tomando una cerveza, no se habla mucho de Ernest Maragall y de su trifulca con la dirección del PSC por haber roto la disciplina de voto a raíz del pacto fiscal que impulsa Mas. Pero el personaje y el gesto merecen una reflexión más allá de las críticas de sus correligionarios y adversarios, a veces terriblemente coincidentes, extremo que demuestra que el pensar mecánico es poco saludable y no tiene nada que ver con pensar.
Los suyos acusan al hermano de Pasqual Maragall de incoherente (es una manera suave de llamarle traidor) y él replica que sigue siendo fiel a los valores fundacionales del partido. Me parece que el exconseller de Educació se equivoca en su línea de defensa. ¿Y qué pasa si el hombre ha cambiado de opinión? En política, sólo los fanáticos y los testimoniales sacralizan las ideas. Claro está que todo cambio de criterio debería argumentarse de manera sólida, pero eso es harina de otro costal, como lo es la continuidad en el escaño del diputado rebelde.
Vale más tarde que nunca. Ernest Maragall va un poco más allá que su partido de toda la vida quizás porque tiene más presente que Pere Navarro y los demás que el 80% de la sociedad catalana apoya un concierto similar al del País Vasco. Bienvenido sea, pues, el señor Ernest al soberanismo fiscal. Por eso tampoco comparto las críticas de otros cuestionando la sinceridad de sus planteamientos o aduciendo un supuesto oportunismo. Me importa poco el motivo íntimo que mueve a Ernest Maragall a desmarcarse del PSC. Cuantos más, mejor. Por ejemplo, he pedido a los Reyes Magos que Josep Piqué se caiga un día del caballo y vea que todavía está a tiempo de conectar con las clases medias del país, una realidad de la cual él proviene. Estoy seguro de que alguien tan inteligente como Piqué ha captado perfectamente que el malestar catalán no es un calentón de cuatro locos.
El país se mueve. No con la rapidez y homogeneidad que proclaman algunos independentistas demasiado entusiasmados. Pero el país está cambiando en una dirección de más autorrespeto. El cambio generacional y la disolución de los miedos del franquismo y la transición tienen una función clave. En este contexto, es lógico que algunos políticos se reinventen y piensen que ahora toca actualizar sus ideas.
¿Será Ernest Maragall el héroe de la retirada del PSC? No exageremos. También parecían serlo Antoni Castells o Montserrat Tura. Según Enzensberger, el héroe de la retirada es el que lidera el desmontaje de un viejo orden para contribuir a la llegada de un tiempo nuevo. En España, lo fue Adolfo Suárez. Todo héroe de la retirada debe traicionar un poco a los suyos, de lo contrario no conquista el futuro. ¿Es un papel imprescindible y bonito, verdad?