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Francesc-Marc Álvaro | PSC, d’esquena a la gent
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01 oct 2012 PSC, d’esquena a la gent

Pere Navarro ya es el candidato del PSC a las elecciones más difíciles para el socialismo catalán desde las primeras democráticas de 15 de junio de 1977. Este fin de semana he conversado con algunos militantes socialistas y me han sorprendido dos cosas: la claridad con que vaticinan el trompazo de su organización y la sinceridad con que elogian la actuación de Mas desde la Diada. El sondeo que ayer publicó este periódico confirma estas impresiones y hay que retener un dato que tendrá una trascendencia enorme: ante un referéndum sobre la independencia de Catalunya, el electorado del PSC se divide en dos mitades, un 46% apoyaría un Estado propio y un 42% se opondría a ello. Lo que la transición española puso dentro de un mismo envase la transición catalana lo recolocará de acuerdo con nuevos intereses y valores colectivos. Josep Pallach, que era contrario al acuerdo con el PSOE, podría servir hoy de inspiración.

Tenemos escrito que, antes de que tenga lugar un proceso de divorcio Catalunya-Espanya, asistiremos a la reconfiguración del gran partido que nació de sumar todo lo que se reclamaba parte del socialismo democrático, incluida la federación catalana del PSOE. El espacio socialdemócrata –donde ahora también está ERC– es el que exige una transformación más valiente de acuerdo con los nuevos tiempos. Montserrat Tura, que optó a la nominación y perdió contra Navarro, hizo ayer un discurso que parece anunciar movimientos futuros. La exconsellera podría liderar, a medio plazo, una nueva marca socialista, una hipótesis que algunos rumores asocian también a Mascarell, conseller del Govern Mas a quien pesan demasiado las viejas amistades con algunos que, hasta hace dos días y con menosprecio, calificaban el nacionalismo de fábula incompatible con el progreso.

Es un hecho que el PSC detuvo el peligro del lerrouxismo gracias a hacer cohabitar dos electorados muy distintos en un mismo proyecto. Un gran servicio al país que se vio recompensado con buenísimos resultados en las municipales y en las generales (y una red de poder institucional muy densa), hasta que las contradicciones entre las prioridades del PSOE y los intereses de la sociedad catalana han sido insoportables. Al moverse la centralidad hacia el soberanismo, el socialismo catalán incrementa su confusión, nacida a raíz del fracaso de los dos tripartitos y la reforma estatutaria desvirtuada por el TC. La reacción del socialista Francesc Vallès ante el nuevo incumplimiento del Gobierno en inversiones en Catalunya (acusando a CiU de dejadez en vez de apoyar al Govern) señala hasta qué punto la sede de la calle Nicaragua vive de espaldas al malestar de la gente.

Catalunya necesita un centroizquierda que no tenga miedo de la realidad ni de la democracia. Navarro se lo pone muy fácil a Tura, a Junqueras y a quien quiera dar el paso.

 

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