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Francesc-Marc Álvaro | Bel, el millor diagnòstic
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11 nov 2013 Bel, el millor diagnòstic

Un problema grave de la mayoría de políticos y comentaristas de Madrid al abordar la realidad catalana es que han elegido el autoengaño por sistema. Presentan la propia propaganda como diagnóstico, lo cual los desautoriza y los conduce al error, al ridículo y a la formulación de tesis pintorescas que no dicen nada sobre lo que pasa y lo dicen todo sobre lo que querrían que pasara. Una de las raras y honestas excepciones a esta actitud es Fernando Ónega, que hace el esfuerzo de no confundir su legítimo deseo de una España con Catalunya dentro con los hechos reales de la sociedad catalana. Merece todo mi respeto, desde la discrepancia en el fondo de la cuestión.

Ahora ha salido un libro importante sobre la crisis entre Catalunya y España que debería ser de lectura obligada para todos los políticos, empresarios, periodistas e intelectuales, para olvidar la propaganda y tratar de comprender qué pasa. El volumen lleva un título sugestivo, Anatomía de un desencuentro, y su autor es el doctor Germà Bel, una autoridad internacional en economía y política de las infraestructuras, catedrático de Economía Aplicada en la UB y profesor visitante en otras universidades, a quien pueden leer, de vez en cuando, en este periódico. Bel explica con datos en la mano los motivos que nos han llevado hasta aquí. Y se dirige, sobre todo, a los españoles que quieran cambiar los prejuicios por un conocimiento documentado.

El profesor Bel no hace doctrina, analiza con rigor. Su conclusión central es que el crecimiento del independentismo se debe a «la frustración de las expectativas y esperanzas puestas en la transformación de España» y añade que «una vez fracasada la estrategia de la reforma, las alternativas disponibles quedan reducidas a dos: la asimilación y disolución en una España uninacional, o la creación de un Estado propio. La mayoría de estos catalanes [los desengañados] ha optado por pasar a apoyar la independencia, aunque ésta no hubiera sido su opción óptima».

Lo que Bel dice tiene todavía más valor si tenemos en cuenta que fue militante del PSC desde joven, diputado en el Congreso entre 2000 y 2004 y portavoz de Economía y Hacienda del grupo socialista, alguien que habría podido ejercer cargos importantes en el Gobierno si no hubiera decidido volver a la academia. Su biografía es la de un federalista que comprueba que no hay nada que hacer. Así lo confiesa: «Muchos catalanes habían (habíamos) depositado la confianza en el proyecto federal de reforma de España (…) Pero el federalismo (el que pretendía transformar la naturaleza uninacional de España) incurrió en un pecado original: querer cambiar a quien no quiere cambiar». He ahí un diagnóstico lúcido y sincero, fruto de un sabio moderado que, como tantos otros miles de catalanes moderados, está por la independencia. Vale la pena leerlo atentamente.

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