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Francesc-Marc Álvaro | Torna l’optimisme
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06 jul 2015 Torna l’optimisme

Hemos dicho y repetido que el proceso soberanista tiene una mala salud de hierro. En casa del enfermo, el pesimismo y el optimismo suben y bajan como en una montaña rusa. Esta última semana ha vuelto a crecer el optimismo y la ilusión entre los convencidos, a raíz de la posibilidad de que se presente al 27-S una lista suprapartidista que sume esfuerzos y multiplique votos. Los socios de la ANC se han expresado de manera contundente a favor de esta opción mientras la junta de Òmnium ha dicho que también lo ve bien. Por otra parte, se ha conocido una encuesta encargada por la entidad que preside Muriel Casals según la cual una lista avalada por CDC, ERC y CUP podría obtener casi el 50% de los votos y 75 diputados.

El optimismo ha vuelto y eso ha generado tanta energía entre las bases del movimiento soberanista que los datos del barómetro del CEO de junio (que no recoge la ruptura de CiU) no han desmoralizado a la tropa, sino que han contribuido a reforzar la idea que sólo la suma de efectivos y una unidad operativa y clara pueden asegurar la victoria. Recuerden que las últimas cifras del CEO indican que los contrarios a la independencia están más de siete puntos por encima de los partidarios.

Así las cosas, podríamos anunciar una ley según la cual a más confluencia y unidad de cara al 27-S más optimismo y más ilusión entre los que son el motor incansable del proceso y de los cuales depende que haya una movilización espectacular antes y durante la campaña electoral. La movilización de base –rodada en manifestaciones y acciones de todo tipo- es la gran ventaja del bloque soberanista. En las democracias contemporáneas gana quien es capaz de movilizar más el campo propio y generar así la bola de nieve o efecto caballo ganador, que los expertos denominan efecto bandwagon. Además, una lista que supere las desconfianzas partidistas sería el mejor antídoto contra el miedo al salto, factor que no se puede despreciar. Más que indecisos, lo que hay son abstencionistas y personas preocupadas por las incertidumbres de la desconexión. La movilización masiva combinada con información sobre aspectos concretos que afectan a todos daría confianza y reduciría el segmento de los preocupados, que no debe confundirse con los contrarios a la independencia.

Quedan pocos días para alcanzar un acuerdo importante y no defraudar a tanta y tanta gente que no quiere saber nada de tacticismos de partido. No se puede perder más tiempo. Es la hora de abordar una partida histórica con la máxima seriedad. Por eso no se entendería –ni aquí ni en el mundo- que una lista por la independencia impulsada por la ANC y OC prescindiera del capital político de Mas, Junqueras y Fernández, ni tampoco se entendería que antes de los comicios no se pacte –como pide sabiamente al líder de ERC- un Govern amplio que se responsabilice de alcanzar la meta y gestionar el día a día.

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