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Francesc-Marc Álvaro | El vacío y el mientras tanto
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18 feb 2021 El vacío y el mientras tanto

Después de una legislatura marcada por el vacío de poder llega la hora de rellenar el Govern de política y políticas. Se trata de dar sentido al autogobierno, restaurar la credibilidad de las instituciones y reanudar la interlocución efectiva con toda la sociedad. Alguien debe mandar y ha de intentar hacerlo del mejor modo. Eso interesa a todo el mundo. Las elecciones han transformado, en parte, la foto del país de diciembre del 2017. Es verdad que los partidos independentistas siguen teniendo mayoría en el Parlament, pero hay dos novedades que son muy relevantes: el PSC se recupera y ocupa el lugar que alcanzó Cs, mientras que ahora es ERC quien, previsiblemente, ejercerá la presidencia, hecho histórico que no sucedía desde la Segunda República.
 
Los republicanos han hecho saber que quieren un gobierno de “vía amplia”, que es un modo elegante de remarcar que no tienen ganas de reeditar un bipartito con Junts, pero sin excluirlos de entrada. Gabriel Rufián, ayer desde el Congreso, fue más claro que Pere Aragonès e hizo un llamamiento directo exclusivamente a comunes y cuperos, como si las siglas de Puigdemont no existieran. En todo caso, una “vía amplia” exige el concurso de la CUP –que ha crecido– y de los comunes. Dado que Junts y comunes no parecen dispuestos a sentarse en el mismo Ejecutivo, Aragonès ha dado prioridad a las conversaciones con los anticapitalistas para abordar, después, el diálogo más difícil. Los de Junqueras negocian cómo hacer gobierno y, a la vez, cómo lograr una mayoría para la investidura, cosas muy distintas. Por ejemplo, para la CUP, a priori, puede ser más coherente quedar fuera del futuro gabinete, mientras que Junts no parece –por ahora– muy predispuesta a irse a la oposición y perder cargos y visibilidad.
 

Catalunya nose puede permitir durante más tiempo un vacío de poder

 
Más allá de estas cábalas, es indispensable que cualquier acuerdo de gobierno (con los actores que sean) deje bien claro ante la ciudadanía qué se hará y qué no. Hablo de fijar las prioridades y establecer sin malentendidos la meta de la acción gubernamental durante la nueva legislatura, que tendrá los fondos europeos de reconstrucción como gran herramienta. Cada alianza determina las prioridades y la meta. Huelga decir que es impensable ningún acuerdo de ERC con Junts y la CUP si, previamente, los tres partidos no asumen una misma y clara estrategia respecto del posprocés , algo que debería tener una réplica exacta en su actuación en Madrid. Lo contrario ya lo hemos vivido y es un desbarajuste.
 
Los republicanos han aterrizado en el posibilismo (sin renunciar a nada, afirman), mientras que los junteros mantienen el discurso unilateral (sin sacar los pies de la realidad autonómica). ¿Abrazará Puigdemont el relato de Junqueras a partir de ahora? ¿O ambos escribirán un guion de síntesis que no chirríe mucho? Cuando escucho a Jordi Sànchez no me parece que Junts esté tan lejos de ERC como cuando escucho a Laura Borràs. En el mundo independentista, se habla del “mientras tanto” como de una etapa que parte del colapso del 2017 y se proyecta hacia un futuro indeterminado, porque ahora nadie quiere poner fechas. La gestión de este mientras tanto pasa por tres puntos, me parece: hablar claro, gobernar con eficacia y conseguir la libertad de los presos políticos en un corto plazo de tiempo. Los dos primeros dependen de los dirigentes independentistas, pero el tercero depende del Ejecutivo español, que no puede seguir despachando el conflicto catalán como “un problema de convivencia”. Por otra parte, el PSC (que es muy importante en el ámbito municipal) tendría que participar de los grandes acuerdos de país, es una pieza con la cual habrá que contar, como siempre dice Cuixart, presidente de Òmnium.
 
Catalunya no se puede permitir durante más tiempo un vacío de poder. Los independentistas tienen la obligación de que su mientras tanto no sea solo el ocupar unos cargos para que otros no los tengan.

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