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Francesc-Marc Álvaro | ¿Un nuevo ‘momentum’?
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27 sep 2021 ¿Un nuevo ‘momentum’?

Toda la presión sobre ERC y Pere Aragonès. La breve detención en Cerdeña del expresident Carles Puigdemont presiona a los republicanos y también, de manera más leve, a Podemos y los comunes, como evidenciaron algunas manifestaciones contundentes de Jaume Asens.
 
Después de la aguda discrepancia sobre la mesa de diálogo en el seno del Govern Aragonès, el nuevo episodio judicial del líder de Waterloo da alas al discurso de Junts contra la negociación con Madrid, aunque el Ejecutivo catalán supo salvar la situación con un comunicado institucional escrito con tiralíneas, con el fin de proyectar una imagen cohesionada. La suerte judicial de Puigdemont en Europa no puede dejar de impactar sobre los republicanos, que hacen equilibrios para denunciar la detención del expresident a la vez que defienden la viabilidad de la mesa de diálogo. Si todo queda en un susto y, finalmente, no hay extradición a España, el Gabinete autonómico puede salvar los trastos e ir tirando, hasta la próxima crisis entre los dos socios. En caso contrario, se abriría la caja de los truenos y también quedaría cuestionada la participación de ERC en la gobernabilidad española, con todas las derivadas que ello comportaría. Entonces, todo podría cambiar abruptamente (en el Parlament y en las Cortes) y es obvio que el diálogo recién empezado sería casi imposible de mantener.
 

¿Sería posible un nuevo ciclo de grandes movilizaciones independentistas?

 
Por otro lado, la detención de Puigdemont por parte de la policía italiana creó el espejismo de un momentum , para utilizar una terminología que Quim Torra popularizó y que Junts ha asumido, para expresar su nostalgia de un plan que repita la vía que no se culminó en octubre del 2017. Aunque el viernes era festivo en Barcelona, Junts, la ANC y Òmnium consiguieron sacar a centenares de personas a la calle para protestar (en varias ciudades) y surgió la pregunta: ¿sería posible un nuevo ciclo de grandes movilizaciones independentistas, en caso de que Puigdemont fuera extraditado? Como hemos escrito, el expresident opera como un símbolo (no solo para los votantes de su partido) y eso tiene un gran tirón popular. Además, la represión es un cemento que acostumbra a funcionar. Como ha demostrado la última Diada, la constancia de las bases independentistas es superior al desconcierto, al cansancio o a la crítica de sus dirigentes.
 
Pero no pueden obviarse algunas circunstancias. Primera: el país no está en la situación que rodeó el 1 de octubre, el impacto de la pandemia también concierne a los independentistas. Segunda: las discrepancias estratégicas (entre ERC y Junts, y entre la ANC y Òmnium) se han incrementado y son profundas. Tercera: si bien Junts marca distancias respecto de la mesa de diálogo, no queda claro lo que ofrece como alternativa más allá de la protesta. Y cuarta: hay que suponer que Pedro Sánchez no repetiría los errores de Mariano Rajoy si llegara el momento o momentum .

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