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Francesc-Marc Álvaro | Cuando la base se cabrea
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21 mar 2022 Cuando la base se cabrea

La última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat arroja unos datos que hay que retener: el sí a la independencia cae hasta el 40%, mientras el no llega a su máximo con un 52%. Además, la distancia entre el sí y el no es la mayor de la serie histórica. ¿Recula el independentismo inexorablemente? Habrá que esperar a las municipales para saberlo. El sondeo del CEO avisa de una corriente de fondo: los que siempre hablan “de ampliar la base” para “saltar la pared” ahora ven que una parte de la parroquia se desmarca. Esto ocurre cuando el Govern sufre una contestación en la calle de un sector que ha sido tradicionalmente próximo a las posiciones soberanistas, el profesorado. Parece que la base del independentismo disminuye y, además, se cabrea con los que dirigen la administración autonómica.
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Durante años, hemos comprobado que los políticos independentistas han fidelizado a un electorado estable al margen de sus aciertos y errores. Lo hemos explicado a partir de la represión policial y judicial, que ha servido para relativizar la responsabilidad de las cúpulas dirigentes de ERC, Junts y la CUP en la gestión del choque con el Estado. En resumen: el votante que ha sido partidario del procés perdona las pifias de los políticos que elige porque pone por delante la gran causa. ¿Cuánto tiempo durará este privilegio? La huelga de docentes apunta el final del enamoramiento entre las bases y las élites del procés .
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La huelga de docentes apunta el final del enamoramiento con las élites del ‘procés’

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Atención: no todos los maestros de Catalunya son votantes de ERC, claro, pero está documentado que la formación que lidera Junqueras disfruta de una penetración muy alta entre los profesionales de la escuela pública, circunstancia que tiene un correlato sindical. El conseller republicano Gonzàlez Cambray debe hacer frente a una protesta que -más allá de las cuestiones de fondo que afectan a un ámbito muy tensionado por la pandemia y la crisis- expresa el malestar acumulado de un sector que ha sido importantísimo -diría que ha sido estratégico- en las movilizaciones procesistas desde el 2012. Recuerden: la SEAT no ha hecho nunca huelga en apoyo de los presos políticos, pero la mayoría de maestros sí. Los que ahora piden la dimisión del titular de Educació son ciudadanos que, en buena parte, han confiado en ERC y en los discursos de los dirigentes independentistas. El tiempo pasa y la gente vuelve a las causas con minúscula. Cuando se ha hablado de las cosas de comer y no del gran sueño, la decepción ha sido considerable. Y ha aparecido el cabreo.
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El presidente Aragonès sabe que lo tiene difícil. No puede desautorizar a Gonzàlez Cambray pero, al mismo tiempo, necesita reconstruir la relación con un entorno profesional muy influyente entre las bases republicanas y los independentistas en general. Gobernar tiene estas servidumbres. El largo “mentrestant” propuesto por ERC es un mundo con problemas concretos, que exigen que los consellers escuchen, no parezcan soberbios y tengan mucha cintura.

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