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Francesc-Marc Álvaro | Adiós al único estratega
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04 abr 2022 Adiós al único estratega

No ha querido pelearse para mandar y ha preferido dar un paso al lado, como hizo Mas, un líder con el que conectó y trabó amistad. Jordi Sànchez ha hecho saber que no repetirá como secretario general de Junts y, en el congreso de junio, el partido de Puigdemont deberá elegir en manos de quién pone el volante de un vehículo que, a menudo, parece circular sin piloto. Estamos ante el adiós del único estratega con cara y ojos que, hasta ahora, ha tenido Junts, una labor difícil, sobre todo en una casa que ha hecho de la falta de estrategia clara un rasgo diferencial.
 
¿Por qué se va Sànchez? En síntesis, por tres cosas: no ha conseguido tener un sector propio, no ha compartido el liderazgo orgánico como algunos querían, y nunca fue bien visto por los dirigentes que provenían de Convergència ni por los independientes más inclinados a la sobreactuación de la desobediencia retórica. La gran paradoja es que Sànchez, a pesar de ser de la cantera del activismo, ha tenido una mirada política más pragmática (a él se debe el acuerdo de gobierno con Aragonès) que Turull y Rull, los dos presos posconvergentes (junto con Forn) criados en el realismo pujolista.
 

Sànchez ha tenido una mirada política más pragmática que Turull y Rull

 
¿Por qué, a pesar de todo, Sànchez se convirtió en el estratega y organizador principal de Junts? Por su vínculo directo con Puigdemont, por su relación con David Madí, por su talento a la hora de ordenar las piezas en un entorno muy fragmentado y, finalmente, por el hecho de no formar parte de ninguna de las familias de este conglomerado. Demasiado poco convergente para los posconvergentes y demasiado posibilista para los independientes que representa Laura Borràs, Sànchez paga caro el trabajar a su aire, pisando muchos callos, sin delegar. Cuando era líder de la ANC, ya lo criticaron por mantener una actitud parecida. En algunos de los análisis de fondo, Sànchez coincide con planteamientos que han servido a ERC para dar su giro estratégico, una paradoja más. Poner a Jaume Giró en Economia fue una apuesta suya.
 
Ahora empieza la batalla para controlar el timón de un barco que tiene una tripulación muy diversa y disonante. Todas las quinielas apuntan que Turull (que ya tenía aspiraciones cuando nació el PDECat al enterrarse la marca Convergència) optará a la secretaría general. Es un convergente de toda la vida que, después de la cárcel, tiene una parte importante de las bases de Junts movilizadas a su lado. La otra figura con expectativas es Borràs, icono de los que añoran un momentum , también muy aclamada por las bases; pero la trayectoria de la presidenta del Parlament –que podría ostentar la presidencia de Junts si Puigdemont decide dedicarse exclusivamente al Consell per la República– va unida al proceso judicial que tiene abierto por su actuación en la Institució de les Lletres Catalanes. Y la pregunta del millón: ¿qué estrategia venderá –más allá de esperar el trompazo de ERC– el tándem Turull-Borràs?

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