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Francesc-Marc Álvaro | Nazisme non stop
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03 may 2013 Nazisme non stop

Hay quien piensa que es muy grave que Telemadrid ponga a Artur Mas dentro de una serie de personajes donde están Hitler y Stalin. Hay quien sostiene que es también muy grave que un artista reconocido como Mariscal compare la manifestación del Onze de Setembre con los actos de masas organizados por Hitler. Soy de la opinión que este tipo de expresiones han dejado de ser graves para ser otra cosa, que me cuesta definir. Al convertirse en un hecho habitual y recurrente, su gravedad no desaparece pero se incrusta en la vida ordinaria y entonces adquiere otra categoría, más allá del insulto y de la batalla política.

Telemadrid y Mariscal van regando un campo que existe. Mañana serán otros medios y otros famosos los que lo harán. No vale la pena hablar ni un segundo de ignorancia ni frivolidad. No vale la pena escandalizarse. Para una parte de la sociedad española, la asociación nazismo-nacionalismo catalán es lo que toca y es una verdad incuestionable. Lo piensan personas de ideas y adscripciones diversas. Un tipo tan simpático como Mariscal no tiene nada que ver con la caverna madrileña, excepto a la hora de convertir en nazis a miles de catalanes que salieron a la calle pacíficamente. En eso, el reaccionario y el progre pueden ir de la mano, el católico y el laico, el votante del PP y el del PSOE (o IU).

Un amigo mío dice que ya está harto de que le llamen nazi y que hay que emprender acciones judiciales. Entiendo su indignación, que es la mía. Pero debemos ser prácticos y, sobre todo, no tirar el dinero en abogados, aunque se tenga la razón. ¿Por qué? Muy sencillo. ¿Cuántos casos conocen en que la Fiscalía General del Estado ha actuado de oficio para perseguir a los que califican de nazis a los partidos, las entidades y las personas vinculadas al nacionalismo catalán? Ninguno. Digámoslo de otro modo, para que se entienda bien el mecanismo democrático que disfrutamos: si eres mujer, gay, negro, judío, musulmán o discapacitado (por poner unos ejemplos de manual), el Estado de derecho está obligado a protegerte como minoría expuesta al ataque o la discriminación. Si eres un catalán que piensa que Catalunya es una nación y tiene derecho a decidir su futuro, te pueden llamar de todo: nazi, fascista, totalitario, racista… Y no pasa nada. Nunca. Que te lo digan también los que nunca han condenado rotundamente la dictadura de Franco -aliado de Hitler- lo hace todo más exótico, para decirlo educadamente.

Mi tío Francisco Vidal, combatiente republicano que fue deportado y asesinado en el campo de Mauthausen, podría explicar muy bien qué y cómo eran los nazis y también podría comentar quiénes eran los que, desde aquí, permitieron y aplaudieron todo lo que Telemadrid y Mariscal mencionan hoy con tanta alegría. A él quizás no osarían llamarle nazi.

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